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viernes, 7 de octubre de 2011

BURNOUT EN EL CONTEXTO DEPORTIVO (1ª entrega)

RESUMEN
Las diferentes definiciones y conceptos, el reconocimiento de variables predictoras, la integración de las mismas, los aportes conceptuales recolectados a través de los años y la elaboración de un marco teórico para la comprensión del síndrome del burnout, han sido algunos de los aspectos a tener en cuenta para la elaboración del presente artículo, el cual se enmarca en el estudio del burnout dentro del contexto deportivo, partiendo de las primeras definiciones clínicas en el ámbito laboral. Se describe un modelo teórico explicativo del burnout en deportistas teniendo en cuenta los diferentes aspectos complementarios que presentan cinco modelos teóricos existentes en la población, los cuales tienen como objetivo explicar determinados parámetros del síndrome del burnout en deportistas, independientemente de su nivel de competitividad y edad.

INTRODUCCIÓN

Existen pequeñas investigaciones sobre deportistas que sufren burnout, pero hay una literatura más amplia sobre este síndrome disponible sobre otros ambientes de trabajo. A pesar de la combinación de investigaciones deportivas disponibles y de la literatura existente sobre el mismo, se debe intentar ofrecer respuestas para uno de los problemas de salud pública reciente y que tan poca atención ha recibido.
Suponemos que la persona que sufre burnout en el contexto laboral, difiere de la persona que lo sufre en la práctica deportiva debido al esfuerzo físico único del mismo, a los diversos niveles de competición y a la cultura de los deportistas implicados en el mismo. Usando información de otros deportes y otras profesiones ajenas, puede no existir mucha relación entre lo laboral y lo deportivo. Los lectores deberán tomar precauciones al aplicar esta información hasta que haya más claridad de criterios y unificación de conceptos con investigaciones dentro del contexto deportivo.
Lo que se pretende a continuación es describir algunas cuestiones fundamentales en el estudio del burnout, su definición, la integración de las diferentes aportaciones conceptuales, y la elaboración del marco teórico para su comprensión, marcando un punto de partida para futuras investigaciones en nuestro medio.

CONCEPTUALIZACIÓN DEL SÍNDROME DEL BURNOUT

Para comprender el estudio del burnout, debemos integrar las diferentes aportaciones conceptuales. Muchos autores señalan que los individuos poseen el conocimiento y el manejo del burnout y sus diferentes manifestaciones, aunque la verdad se ignora su verdadera definición. Grebert [1], entiende el burnout “como la construcción cultural que permite a los profesionales de la relación de ayuda, manifestar cuáles son sus sentimientos o dificultades” conceptualizándolo como una forma de reacción defensiva ante las presiones derivadas de un tipo determinado de ejercicio profesional.
Freudenberger [2], lo describe como una “sensación de fracaso y de una existencia agotada o gastada, que resulta de una sobrecarga por exigencias de energía, recursos personales o fuerza espiritual del trabajador”, situando las sensaciones y sentimientos negativos producidos en el contexto laboral, siendo éste el que provoca dichas reacciones. Incluye el autor, el concepto de “adicción al trabajo”, como “un estado de total devoción a su ocupación, por lo que su tiempo es dedicado a servir a un propósito”. Dicha adicción es generada por el síndrome del burnout dando espacio al individuo de manifestar reacciones aversivas provocando un desequilibrio productivo.
Pines y Kafry [3], definen el burnout como “una experiencia general de agotamiento físico, emocional y actitudinal”. Dale [4], entiende el burnout como “una consecuencia del estrés laboral y mantienen que el síndrome puede variar tanto en la intensidad como en la duración del mismo”.
Freudenberger [5], habla de un “vaciamiento de sí mismo”, provocado por el agotamiento físico y mental tras el esfuerzo excesivo por alcanzar una determinada meta no realista impuesta por él o por la sociedad. Cherniss [6], expone que “se trata de un proceso transaccional de estrés y tensión en el trabajo” destacando tres fases:
1.     Desequilibrio entre la demanda de trabajo y el afrontamiento individual.
2.     Respuesta emocional a corto plazo, caracterizada por la ansiedad, tensión, fatiga y afrontamiento.
3.     Cambio en actitudes y conductas.
Edelwich y Brodsky [7], definen el burnout como “una pérdida progresiva del idealismo, energía y motivos vividos por la gente en las profesiones de ayuda, como resultado de las condiciones del trabajo”. Y proponen cuatro fases sucesivas:
1.     Entusiasmo, elevadas aspiraciones, energía desbordante y carencia de noción de peligro.
2.     Estancamiento, cuando no se cumplen las expectativas planteadas.
3.     Frustración, fase central del síndrome.
4.     Apatía, como el mecanismo de defensa ante la frustración.
En 1981, Maslach y Jackson [8], definen el Burnout como “un síndrome tridimensional caracterizado por agotamiento emocional, despersonalización y reducida realización personal”. Los mismos definen estas tres dimensiones de la siguiente manera:
1.     Agotamiento emocional: sensaciones de sobre-esfuerzo físico y cansancio emocional producidos por las continuas interacciones que deben mantener los trabajadores entre ellos mismos y con los clientes.
2.     Despersonalización: supone el desarrollo y actitudes de respuestas sarcásticas hacia las personas con las cuales trabaja.
3.     Reducida realización personal: como la pérdida de la confianza y la presencia de un negativo auto-concepto inadvertido de situaciones ingratas.
Se considera el burnout como una de las posibles respuestas al impacto acumulativo del estrés laboral crónico, siendo la fase final del mismo. El burnout, entendido como proceso supone la interacción de variables emocionales (cansancio emocional y despersonalización), cognitivas (falta de realización en el trabajo) y actitudinales (despersonalización). Estas variables se articulan entre sí en un episodio secuencial con la relación antecedente-consecuencia, dentro del proceso más amplio del estrés laboral [9].
Las anteriores definiciones y conceptos a lo largo de los años dará a lugar a la elaboración de un marco investigativo para la evaluación del síndrome del burnout, el cual se ha convertido actualmente en un problema de salud pública.   
Las investigaciones y estudios realizados sobre burnout, se pueden categorizar en tres perspectivas diferentes, psicosocial, organizativa e histórica [10] [11]:
1.     La perspectiva psicosocial pretende explicar las condiciones ambientales en las cuales se origina el síndrome del burnout, los factores que ayudan a disminuirlo y los síntomas específicos que lo caracterizan, fundamentalmente de tipo emocional en las distintas profesiones.
2.     La perspectiva organizativa centra las causas en las que se origina el síndrome del burnout, ellas son: el individual, el organizativo y el social. El desarrollo del síndrome genera en los profesionales respuestas al trabajo que no tienen que aparecer siempre como la pérdida del sentido hacia el mismo o el optimismo, la carencia de simpatía y la tolerancia, y la incapacidad de apreciar el trabajo como desarrollo personal.
3.     La perspectiva histórica es el fruto de estudios realizados sobre las consecuencias de los rápidos cambios sociales después de la segunda guerra mundial en el contexto laboral.
En congruencia con la conceptualización expuesta anteriormente, se adscribe el presente documento a la perspectiva psicosocial que concibe al síndrome del burnout como un proceso que se deriva de la interacción que tiene lugar entre las características del contexto laboral y las variables personales.

REFERENCIAS

[1]       P. Grebert, “Les soignants sepuisent... mais le burnout exist-il?,” Inf. Psychiatric, vol. 68, no. 8, pp. 803-808, 1992.
[2]       H. Freudenberger, “Staff Burnout,” The Journal of Social Issues, vol. 30, pp. 159-166, 1974.
[3]       D. Kafry and A. Pines, “COPING WITH BURNOUT,” in Annual convention of the American Psychology Association., 1978.
[4]       M. Dale, “PREVENTING WORKER BURNOUT IN CHILD WELFARE,” Child Welfare, vol. 58, no. 7, pp. 443-450, 1979.
[5]       H. Freudenberger, BURN-OUT. New York: Doubleday, 1980.
[6]       C. Cherniss, PROFESSIONAL BURNOUT IN HUMAN SERVICE ORGNIZATIONS. New York: Praeger, 1980.
[7]       J. Edelwilch and A. Brodsky, BURNOUT: STAGES OF DISILLUSIONMENT IN THE HELPING PROFESSIONS. New York: , 1980.
[8]       S. Maslach, C. y Jackson, “The measurement of experienced burnout.,” Journal of Occupational Behavior, vol. 2, pp. 99-113, 1981.
[9]       J. A. Moriana Elvira and J. Herruzo Cabrera, “Estrés y burnout en profesores,” International Journal of Clinical and Health Psychology, vol. 4, no. 3, pp. 597–621, 2004.
[10]     P. Gil-Monte, El síndrome de quemarse por el trabajo. Madrid: Pirámide, 2005.
[11]     A. Barraza, R. Carrasco, and M. Arreola, “SÍNDROME DE BURNOUT : UN ESTUDIO COMPARATIVO ENTRE PROFESORES Y MÉDICOS DE LA CIUDAD DE DURANGO,” no. 6. pp. 63-73, 2007.